Un beso en la noche

     Se acercó en la oscuridad de la noche. Sus miradas se encontraron en la negrura iluminada únicamente por las estrellas. Presionó la palma de su mano contra su mejilla y con su pulgar rozó la comisura de sus labios, haciéndola estremecer.  

     Ella escuchó el sonido inconfundible de su risa. Era un sonido de pura alegría  una melodía cristalina tan hermosa como el cantar de los pajaritos en la mañana
     
     El hombre se inclino para besarla. Primero un suave y delicado roce, luego, mas profundo y posesivo. La acercó a el presionando sus cuerpos tanto como sus la maldita inmensidad de sus enaguas de lo permitía. Luego de unos minutos, se obligó a detenerse. 

     -Te amo- dijo, sabiendo que era cierto. Pues no había nada mas en el mundo que deseara mas que estar al lado de su amada. 

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